5º PRIMARIA- RECETA Y ACTIVIDAD

Buenos días preciosos/as os pongo el video que me ha llegado de Miguel Ángel de 5º P con la receta del típico postre de la Semana Santa      TORRIJAS   ensayad   y cuando sea la vuelta al cole hacemos cata de todas las que llevemos  



ACTIVIDAD 5º PRIMARIA- Os pongo el trabajo que hay que hacer de tercer ciclo hasta el 26 de Abril ya sabéis al correo, es una lectura y rellenar

LA HISTORIA DE SEMANA SANTA



DOMINGO DE RAMOS



- ENTRADA TRIUNFAL DE JESÚS EN JERUSALÉN

Jesús se dirigió a Jerusalén. Al acercarse a dos pueblos llamados Betfagé y Betania, mandó a dos discípulos, diciéndoles: "Id a la aldea de enfrente. Al entrar, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis?", contestadle: "Porque el Señor lo necesita".

Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron: "¿Por qué desatáis el borrico?" Ellos contestaron: "Porque el Señor lo necesita." Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos y le ayudaron a montar.

Según iba avanzando, la gente alfombraba el suelo sus mantos. Y, cuando se acercaba, ellos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos, por todos los milagros que habían visto, diciendo: "¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!"



LUNES SANTO



- LA UNCIÓN DE MARÍA CON PERFUME

Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa.

Entonces entró María, que llevaba un frasco de perfume muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar, dijo: “¿Por qué no ha vendido este perfume por trescientos denarios y se lo ha dado a los pobres?”. Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: “Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura

Muchos judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Entonces, los Sumos Sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban de su lado y creían en Jesús.



- LA TRAICIÓN DE JUDAS ISCARIOTE

Uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los Sumos Sacerdotes y les propuso: “¿Qué me vais a dar si os lo entrego?”. Ellos ajustaron con él el precio de la traición en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando una ocasión para entregarlo.


JUEVES SANTO


- LA ÚLTIMA CENA

El primer día de Pascua se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena del cordero de Pascua? Él contestó: “Id a una casa en Jerusalén y decidle al dueño que el Maestro desea celebrar la Pascua en su casa con sus discípulos”.

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían dijo: “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar”. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: “¿Soy yo acaso, Señor?”. Él respondió: “El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar”. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Soy yo acaso, Maestro?”. Él respondió: “Así es, lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes”. Judas, entonces, se levantó y se marchó. Ningún discípulo restante supo a dónde iba.

Durante la cena, Jesús cogió pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: “Tomad y comed porque esto es mi Cuerpo”. Y cogiendo un cáliz pronunció la acción de gracias y se lo pasó diciendo: “Bebed todos, porque esta es mi Sangre, sangre de la alianza derramada por todos para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía”.

Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo: “Esta noche todos me vais abandonar”, pero Pedro replicó: “Aunque todos te abandonen, yo jamás te abandonaré”. Jesús le dijo: “Te aseguro que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces”. Pedro le replicó:
“Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”. Y lo mismo decían los demás discípulos.



- LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS O GETSEMANÍ

Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo: “Sentaos aquí, mientras voy allá a orar”. Y llevándose a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a entristecerse y a angustiarse.

Entonces dijo: “Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo”. Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia, oraba con más insistencia y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas de sangre. Se acercó a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: “¿Acaso no habéis podido velar una hora conmigo?”. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: “Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”. Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque estaban muertos de sueño. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras. Luego se acercó a sus discípulos y les dijo: “Ya podéis dormir y descansar. Mira, está cerca la hora y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega”.


- EL ARRESTO DE JESÚS

Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los doce, acompañado de mucha gente, con espadas y palos, mandado por los Sumos Sacerdotes y los senadores del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña: “Al que yo bese, ése es: detenedlo”. Después se acercó a Jesús y le dijo: “¡Salve, Maestro!”. Y lo besó. Pero Jesús le contestó: “¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?”.

Después dijo: "¿A quién buscáis?". Le contestaron: "A Jesús, el nazareno". Jesús respondió: “Yo soy". Al decirles ‘Yo soy’, retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar: "¿A quién buscáis?". Ellos dijeron: "A Jesús, el nazareno". Jesús volvió a contestar: "Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad que éstos se vayan". Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo.

Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro: “Envaina la espada: quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? El me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura que dice que esto tiene que pasar”. Y, tocándole la oreja, lo curó.

Jesús dijo a los Sumos Sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos que habían venido contra él: ¿Habéis salido con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis. Pero ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas”. En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. .

Los que detuvieron a Jesús lo ataron y lo llevaron a casa de Caifás, el Sumo Sacerdote, donde se había reunido el Sanedrín o consejo de 71 ancianos.

Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello.

Los Sumos Sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. El Sumo Sacerdote se puso en pie y le dijo: “¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?”. Pero Jesús callaba. Y el Sumo Sacerdote le dijo: “Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”. Jesús le respondió: “Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis que el Hijo del Hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo”. Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo: “Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?” Y ellos contestaron: “Es reo de muerte”. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon diciendo: “Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado”.

- LAS TRES NEGACIONES DE PEDRO

Simón Pedro y Juan iban siguiendo a Jesús. Juan era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el palacio del Sumo Sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera, junto a la puerta.

Salió Juan, el conocido del Sumo Sacerdote, habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro: "¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?". Él lo negó delante de todos diciendo: "No lo soy. No sé qué quieres decir”. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose, y le dijeron: "¿No eres tú también uno de sus discípulos?".

Él lo negó diciendo: “No lo soy". Y al salir al portal lo vio otra portera y dijo a los que estaban allí: “Este andaba con Jesús el Nazareno”. Otra vez negó él con un juramento: “No conozco a ese hombre”. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron: “Seguro, tú también eres de ellos, se te nota en el acento”. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: “No conozco a ese hombre”.

Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo me negarás tres veces.»

Y saliendo afuera, lloró amargamente.



VIERNES SANTO


- JESÚS ANTE PILATO

Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y atándolo lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.

Entonces Judas Iscariote, el que lo traicionó, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los Sumos Sacerdotes y senadores diciendo: “He pecado, he entregado a la muerte a un inocente”. Pero ellos dijeron: “¿A nosotros qué? ¡Allá tú!”. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó y se ahorcó.

Pilato les dijo: "¿De qué acusáis a este hombre?". Le contestaron: “Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído". Pilato les dijo: "Pues lleváoslo y juzgadlo según vuestra ley". Los judíos le respondieron: "No estamos autorizados para dar muerte a nadie, pues dice ser el Mesías, el Rey de los judíos”. Pilato llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el Rey de los judíos?". Jesús respondió: “Tú lo dices, pero mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí". Pilato le dijo: "¿Con que tú eres rey?". Jesús le contestó: "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz". Pilato le dijo: "¿Y qué es la verdad?".

Y mientras lo acusaban, Jesús no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó: “¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?”. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado.

Pilato, al enterarse que Jesús era galileo y Galilea era de la jurisdicción de Herodes, se lo envió a él. Herodes estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que quería verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo un interrogatorio bastante largo, pero él no le contestó ni palabra. Herodes lo trató con desprecio y se burló de él y, poniéndole una vestidura blanca, se lo devolvió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes se llevaban muy mal.

Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados lo desnudaron, le echaron encima un manto color púrpura, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron en la cabeza, le pusieron una caña en la mano derecha y acercándose a Él, le decían: "¡Viva el rey de los judíos!", y le daban de bofetadas. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: “¡Salve, rey de los judíos!”. Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza.

Pilato salió otra vez afuera y les dijo: "Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en Él ninguna culpa". Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: " Ecce Homo (Aquí está el hombre)". Cuando lo vieron los Sumos Sacerdotes y sus seguidores, gritaron: "¡Crucifícalo, crucifícalo!".

Pilato les dijo: Entre vosotros es costumbre que por la fiesta de Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?". Pero todos ellos gritaron: "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!".  Barrabás era un preso famoso que tenía entonces y lo llevaron a presencia de Pilato.

Cuando la gente acudió, dijo Pilato: “¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?” Pues sabía que se lo habían entregado por envidia.

Los sumos sacerdotes y los senadores convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador volvió a preguntar: “¿A cuál de los dos queréis que os suelte?”. Ellos dijeron: “A Barrabás”. Pilato les preguntó: “¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?”. Contestaron todos: “Que lo crucifiquen”. Pilato insistió: “Pues, ¿qué mal ha hecho?”. Pero ellos gritaban más fuerte: “¡Que lo crucifiquen!”.

Pilato les dijo: "Llevadlo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en Él". Los judíos le contestaron: "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios". Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús: "¿De dónde eres tú?". Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces: "¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?". Jesús le contestó: "No tendrías ninguna autoridad sobre mi si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor".

Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque todo el que pretende ser rey, es enemigo del César". Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: "Aquí tienen a su rey". Ellos gritaron: "¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!". Pilato les dijo: "¿A su rey voy a crucificar’?". Contestaron los sumos sacerdotes: "No tenemos más rey que el César".

Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia del pueblo, diciendo: “Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!”. Y el pueblo entero contestó: “¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”.

Entonces soltó a Barrabás. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio, lo cargaron con una cruz y lo llevaron a crucificar hacia el sitio llamado "la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota).



- VIA CRUCIS (CAMINO DE LA CRUZ) En el camino al Calvario o Gólgota, Jesús se cayó por primera vez, Jesús se encontró con su madre María, un hombre llamado Simón de Cirene ayudó a Jesús a llevar la cruz, una mujer llamada Verónica limpió el rostro de Jesús y éste se le quedó impreso en el pañuelo, Jesús cayó por segunda vez., Jesús se encontró con unas mujeres de Jerusalén que lloraban y Jesús cayó por tercera vez.



- LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS

Cuando llegaron al Calvario lo crucificaron, y con Él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús.

Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito: INRI que significa ‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’. Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los Sumos Sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato: "No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: ‘Éste ha dicho: Soy rey de los judíos’". Pilato les contestó: "Lo escrito, escrito está".

Entonces Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron: "No la rasguemos, sino echemos a suertes para ver a quién le toca". Así se cumplió lo que dice la Escritura ´Se repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica´. Y eso hicieron los soldados.

Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza: “Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz y sálvate a ti mismo”. Los Sumos Sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo: “A otros ha salvado y él no se puede salvarse. ¿No es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?”. Uno de los ladrones crucificados lo insultaba, diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros también”. Pero el otro le increpaba: “¿Ni siquiera respetas tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos. En cambio, éste no ha hecho nada malo”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Jesús le respondió: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, a Juan, Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí está tu madre". Y desde aquella hora el discípulo Juan se la llevó a vivir con él.

Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó: “Elí, Elí, lamá sabaktaní (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)”.

Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo: "Tengo sed". Uno de los soldados fue corriendo enseguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola a una caña, le dio de beber.

Era ya eso de mediodía y vinieron las tinieblas sobre toda la región hasta la media tarde, porque se oscureció el sol. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”. Después dijo: "Todo está cumplido" e inclinando la cabeza, entregó su Espíritu.

Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo y la tierra tembló. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados: “Realmente éste era Hijo de Dios”.

Los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy importante, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificados con Él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura ´No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron´.



- EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ

Después de esto, José de Arimatea, que era también discípulo de Jesús, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces, se llevó el cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia con aromas, según se acostumbra enterrar entre los judíos.





- JESÚS EN EL SEPULCRO

Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, excavado en una roca y donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús. Después rodaron una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marcharon.

Pasado el sábado, el día de la Preparación, tras guardar el obligado reposo, acudieron a Pilato los Sumos Sacerdotes y los fariseos y le dijeron: “Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció que a los tres días resucitaría. Por eso da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y después digan al pueblo que ha resucitado de entre los muertos”. Pilato contestó: ”Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis”. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.


DOMINGO DE PASCUA O DE RESURRECCIÓN

Es el día más importante para los cristianos.

Es el comienzo de la Pascua, que dura 50 días, cuando los cristianos celebramos la Resurrección de Jesús.



Pero ya os contaré más adelante lo que ocurrió ese Domingo  de Pascua y durante los cuarenta días siguientes, antes de que Jesús subiera al cielo (La Ascensión).


ACTIVIDADES



Después de leer con atención esta historia, completa estas frases:



1/ Ocurrió en DOMINGO DE RAMOS:

- Jesús entró en…………………………….. montado en un……………………….. y la gente lo recibió con……………………… y ramos de……………………………………..



2/ Ocurrió en LUNES SANTO:

- María derramó un frasco de………………………… en los pies de……………..………..

- Judas Iscariote traicionó a Jesús por………………………….. monedas de…………….



3/ Ocurrió en Jueves Santo:

- Jesús celebró con sus discípulos la……………………  ……………………. En ella lavó los………………………….. a sus discípulos y dijo que el Pan era su…………………... y el Vino era su……………………. y que los tomáramos en…………………………… suya.

- Después de cenar, Jesús fue a orar al Huerto de los………………………… Allí Jesús fue arrestado y Judas le dio un………………………….

- Tras ser arrestado, Jesús fue llevado a cas del Sumo Sacerdote llamado……………

- Allí Jesús fue juzgado y condenado a………………………. por…………………………. y el Sumo Sacerdote se rasgó sus…………………………….

- Pedro, entonces, le negó……………………….. veces y cantó un……………………...


4/ Ocurrió en Viernes Santo:

- Jesús fue llevado al gobernador romano llamado………………………………………..

- Allí Jesús fue azotado y le colocaron una…………………………… de espinas.

- Un ladrón llamado…………………………..….. fue liberado en lugar de Jesús.

- Pilato se lavó las……………………………………, pues no quería saber nada de ese asunto.

- Jesús fue llevado al monte…………………………………. para ser crucificado.

- En el camino al monte, un hombre llamado……………………… ayudó a Jesús a llevar la………………………….. y una mujer llamada…………………………… le limpió el rostro con un pañuelo.

- En la Cruz Jesús pronunció sus últimas palabras, como “Padre,………………………... porque no saben lo que hacen” o “En tus manos encomiendo mi………………………”

- Tras morir en la Cruz, un hombre llamado…………………………. pidió el cuerpo de Jesús a………………………… y lo metió en un sepulcro, excavado en una…………...



5/ Ocurrió en Domingo de Resurrección:

- Es el día más…………………………… para los……………………………………..

- Es el comienzo de la…………………………… , que dura……………..…………… días.



HECHO POR:………………………………………………………………….



CURSO:………………………………………………………………………..





















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